De La Salle

(Navarrete Hagelsieb Jennifer y Mora Magaña Scarlett)

Nació en Reims, Francia, el 30 de abril de 1651 y ordenado sacerdote a los 27 años.
 Al poco tiempo, sin haberlo previsto, se vio comprometido para animar unas escuelas parroquiales para los niños pobres de Reims. Poco a poco se ocupó de un grupo de maestros que colaboraron con él en la atención de las escuelas.
Como fruto del trabajo realizado con los maestros, le llegaron peticiones para abrir nuevas escuelas en otras ciudades; sobre todo llegaron jóvenes que deseaban dedicar su vida a ser educadores, como los que ya vivían con él.
Siguiendo la voz de Dios que le llamaba a confiar plenamente en él, se desprendió de  sus bienes, distribuyéndolos entre los pobres.
Cuando se quiso dar cuenta, Dios le había conducido a una empresa imprevisible: el nacimiento de un tipo nuevo de vida consagrada en la Iglesia y, con aquellos maestros surgió una Congregación que tomó el nombre de Hermanos de las Escuelas Cristianas,  hombres laicos que, como religiosos, consagraban sus fuerzas y su vida a Dios para dedicarse a la educación de los niños, especialmente de los más pobres.
Ante las dificultades que surgieron en la obra por él iniciada, una sola era su mira: que se cumpliera la voluntad de Dios.
El Señor lo llamó a los 68 años, el 7 de abril de 1719, siendo sus últimas palabras: “Adoro en todo la voluntad de dios para conmigo”, que eran el resumen de su vida.  Fue canonización el 24 de mayo de 1900 por el papa León XIII y el 15 de mayo de 1950, Su Santidad Pío XII lo declara “Patrono especial de todos los educadores cristianos de la niñez y juventud”.
Bueno como escuela católica de la que somos parte consideramos importante tocar la vida de nuestro fundador en este blog, por lo que empezaremos con lo básico, San Juan bautista de la Asuele fue un sacerdote o misionero, que consideraba que la educación debía estar abierta a cualquiera que la necesitara, por lo que en un inicio estaba comprometido con ayudar a los niños de bajos recursos y evangelizarlos, convirtiéndolos a la palabra de Dios y sus enseñanzas, sean católicos o no , el santo nos dejó varias enseñanzas que todos deberíamos ver.

Siempre actuaba con verdad y sinceridad, siguiendo las palabras de Jesucristo de manera absoluta, brindando su apoyo a cualquiera que lo necesitaba sin importar que, nosotras pensamos que es un claro ejemplo de vida, que deberíamos tomar en cuenta las bases que al principio regían nuestra institución y recobrarlas porque antes las instituciones lasallistas las seguían al pie de la letra y si bien no hemos dejado de ser una escuela prestigiosa, siento que ha cambiado mucho la manera en que llevamos nuestra institución empezando por la pregunta ¿Si la Salle era una escuela para personas de bajos recursos por qué ya no se toma en cuanta esto?
Una de las mayores aportaciones que dio, fue la idea de cambiar a quien se le daba enseñanza y a quien no. El santo fundador entendió la educación de los niños como una obligación de todos. Por lo general en las escuelas de ese tiempo sólo se aceptaban a los jóvenes con miras a la política o a la diplomacia. Juan Bautista sostuvo el principio de la gratuidad y de la universalidad de la instrucción.
Naturalmente, sus métodos revolucionarios fueron atacados por muchos.
Las escuelas normales se seguía hablando en latín y se daba mucha importancia a las materias tradicionales, mientras que las “populares” de los Hermanos adoptaron inmediatamente la lengua materna e introdujeron una enseñanza de carácter elemental y profesional, que comprendía la lectura, la escritura, la ortografía, la aritmética y el catecismo. Las clases se dividían según el nivel de desarrollo de los alumnos: los que habían progresado más tenían que ayudar a los más atrasados. Pero la escuela lasallista tenía sobre todo una dirección profesional, para que los muchachos del pueblo pudieran conseguir un empleo bien remunerado.

En el horario escolar se colocaron también el dibujo industrial y los ejercicios prácticos con varios instrumentos de trabajo. Pero todos los días de clase tenían que comenzar con media hora de “religión”.
Al comienzo de la difícil misión, Juan Bautista de La Salle tuvo que contentarse con el celo de los doce voluntarios que habían aceptado vestir como él el hábito religioso y dedicarse a la institución de las escuelas populares. Cuando murió, el 7 de abril de 1719 en Rouán, la nueva Congregación contaba ya con doscientos miembros distribuidos en 22 casas.
Eran auténticos maestros, dotados de sólida cultura, pero también de las virtudes propias del buen educador: prudencia, sabiduría, paciencia, bondad, celo, piedad y generosidad. Juan Bautista de La Salle fue uno de los más sobresalientes educadores de la Iglesia y precursor de los modernos métodos de enseñanza. Fue canonizado en 1900.
Para mí la razón por la cual sus métodos siguen siendo utilizados es clara, es una educación de tres niveles, educativo, deportivo y espiritual, siempre enseñando los valores en cada una de las materias y sin cerrar sus puertas a ningún estudiante, ya sea católico o ateo, de otro país, de bajos recursos, por algo la Salle otorga becas a aquellos que la necesitan, para que no se pierda tanto, una misión que ya se ha perdido ligeramente desde mi punto de vista.

Videoooos
https://www.youtube.com/watch?v=7zIAfTJcASQ
https://www.youtube.com/watch?v=7MRaIfkvwE4

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